"¡Conviértanse!" "¡Síganme!"

Tus imperativos, Señor, 
llegaron, fuertes, a mí corazón...

"¡Conviértanse!"...
cuántas veces redujimos esta palabra
a sólo buscar cambiar de conducta,
dejar de hacer lo malo
para portarse bien...
Sin embargo, todo sigue igual,
pues vamos a los frutos sin ir
a la raíz, la sabia, el origen...
"¡Cambien de mentalidad!", 
ahí está el origen del cambio,
la raíz de las opciones, 
la fuente de nuestro obrar...
Si no se cambia de mentalidad, 
todo continúa igual...

"¡Síganme!" ...
No ir detrás de nada,
no ir detrás de nadie,
más que Vos, Jesús.
Seguir cualquier otra cosa, 
es vaciarse drenantemente...
Seguir cualquier otra persona, 
es perderse desapercibidamente...
Sólo siguiéndote, Jesús, 
uno va por el Camino de la Vida 
con la certeza de estar,
y alcanzar, la Verdad...