lunes, 31 de marzo de 2014

Enceguecidos..

Enceguecidos a tanto
y, encandilados por tanto más, 
no te vemos, Señor, 
en tu presencia real.

Adoramos veleidades
y nos pagamos con nuestros logros
extraviando el camino
y vagando sin parar.

Más, tu misericordia infinita
que dispuesta siempre está a iluminar,
nos toca los ojos barrosos
y envía a limpiar.

Allí comenzamos a ver
y darnos cuenta que sin Vos,
nada tiene más luz
que tu verdadero amor.

Adoro tu amor glorioso,
que siempre, en misericordia,
dispuesto está a iluminarnos
y a hacernos contemplar tu presencia.