jueves, 22 de diciembre de 2011

Papa enumera cinco lecciones de la JMJ Madrid 2011 para la Nueva evangel...

Una importante reflexión del Papa, para la Curia, en la que pone de ejemplo a los jóvenes y su fe.

domingo, 4 de diciembre de 2011

PERDERELMIEDOAEQUIVOCARSE: SIMONA ATZORI

PERDERELMIEDOAEQUIVOCARSE: SIMONA ATZORI: La escuálida prensa veraniega me descubre hoy la conmovedora historia de la bailarina italiana Simona Atzori . Inicia este mes de julio una ...

domingo, 30 de octubre de 2011

ZENIT - Argentina: Campaña a favor de la vida

ZENIT - Argentina: Campaña a favor de la vida Ingresar, por favor, al link sugerido por el artículo y sumarse, concientemente a esta Campaña.

sábado, 16 de julio de 2011

Adios a mi Maestro de Novicio: P. Juan Cantini sdb.


Tomo esta reseña, del P. Manolo Cayo sdb, Inspector de Argentina Región Norte (ARN, y compañero de Noviciado La Plata 1985-86), para recordar a nuestro Maestro de Novicios quien partiera a la Casa del Padre. ¡Gracias, Juan!


Juan Alberto Francisco CANTINI

Salesiano Sacerdote

* 12-3-1928 + 14-7-2011



Esta noche nos ha dejado nuestro queridísimo hermano, el Padre Juan.

El corazón le dijo basta y se fue sereno a compartir el Oratorio del Cielo con Don Bosco y los suyos, contemplando cara a cara al Señor de la Vida, acurrucado en los brazos de la Auxiliadora.

Podemos decir con todas las letras que con él se nos va un Padre, un Maestro y un Amigo; un salesiano entregado de corazón, un referente para toda nuestra Familia en la Argentina.

Nos llena el corazón de pena despedir al alguien tan significativo, pero creemos más que nunca en la Vida que nos ha regalado Dios en el Crucificado-Resucitado. Sabemos que ahora tenemos un hermano más que intercede por nosotros, que sigue acompañando cercana y cariñosamente a cada uno de nosotros, sus hijos, como siempre supo hacerlo.



Juan Cantini nace en Rosario (Santa Fe) el 12 de marzo de 1928. Es bautizado a la semana, en la Parroquia María Auxiliadora de Rosario, el 19 de marzo de 1928.

Va creciendo en una familia de honda tradición cristiana y salesiana, sus estudios los realiza en el Colegio San José de Rosario, de donde egresa como bachiller en 1945.

Hacia fines de ese año manifiesta su intención de “quedarse con Don Bosco” y comienza el Noviciado en 1946 en “Los Cóndores”, provincia de Córdoba.

Después de un año intenso de discernimiento, hace su primera profesión como Salesiano de Don Bosco el 6 de febrero de 1947, de allí es enviado a la comunidad de Vignaud (Córdoba), donde realiza sus estudios filosóficos y el Tirocinio.

Entre 1952 y 1955 cursa los estudios teológicos en el Instituto Villada (Córdoba) y el 7 de agosto de 1955 es ordenado sacerdote por Mons. Lafitte en la Iglesia María Auxiliadora de Córdoba.

En septiembre de ese mismo año es enviado a Italia para iniciar sus estudios de Derecho Canónico, recibe el doctorado en el Pontificio Ateneo Salesiano (hoy UPS) y permanece allí de profesor hasta 1968.

En 1969 lo llaman nuevamente a la Argentina para un encargo muy especial: lo nombran Director y Maestro de Novicios en Manucho (Santa Fe).

En 1971, ante la partida del P. Juan Vecchi para Roma, le piden que asuma el servicio de Director del Posnoviciado Interinspectorial de Viedma (Río Negro). Pero en dicha responsabilidad está solamente dos años ya que en 1973 se le pide que desempeñe su tarea de acompañamiento como Provincial de la Inspectoría de la Patagonia Norte (ABB), cargo en el que permanece hasta el mes de diciembre de 1979.

Y pocas semanas después, en febrero de 1980 ya se encuentra desempeñando su nuevo servicio, asumiendo como Director y Padre Maestro del Noviciado Interinspectorial de La Plata durante ocho años, hasta 1987.

En 1988 nuevamente es elegido Provincial, pero ahora de la Inspectoría de Buenos Aires y Patagonia Austral y antes de concluir su sexenio, en 1993, es nombrado Provincial de la Inspectoría de Rosario hasta 1998.

En 1999 se pone a disposición del Rector Mayor para ir a las misiones. Pero ante el pedido de los Inspectores de Argentina, retorna a su servicio como Maestro de Novicios en Alta Gracia (Córdoba) por seis años más, hasta 2004.

En 2005 pasa a formar parte de la comunidad formadora del Teologado de Córdoba, que en 2007 se convierte en la comunidad del Posnoviciado Miguel Rúa.

En 2009 es destinado a la comunidad del Pío X de Córdoba.

El 14 de julio de 2011, a las 20:15 hs. Fallece en su comunidad a los 83 años de edad, 64 de profesión religiosa y 56 de Sacerdocio.

miércoles, 13 de abril de 2011

Papa: "La santidad es la medida misma de la vida cristiana"

Yo le agregaría que santidad es salesianidad plena y auténtica. ¡Sirvamos al Señor con alegría!

domingo, 10 de abril de 2011

Buenas noches: 9 abril 2011.

¡Bendiciones! ¡Buenas noches!

sábado, 9 de abril de 2011

viernes, 8 de abril de 2011

jueves, 7 de abril de 2011

miércoles, 6 de abril de 2011

viernes, 1 de abril de 2011

jueves, 31 de marzo de 2011

miércoles, 30 de marzo de 2011

Buenas noches: 29 marzo 2011.



Buenas noches del 29 de marzo de 2011.

viernes, 25 de marzo de 2011

domingo, 6 de marzo de 2011

martes, 1 de marzo de 2011

Evangelium Gratiae: Lo único necesario

Evangelium Gratiae: Lo único necesario: "Una Iglesia preocupada de sí misma es inservible. Una organización, de las tantas que existen, de la que se puede prescindir sin mayores con..."

¡Gracias, Sergio!

domingo, 13 de febrero de 2011

domingo, 6 de febrero de 2011

miércoles, 2 de febrero de 2011

Nuevos desafíos para la vida religiosa



El Día de la Presentación del Señor (y Candelaria), es la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Aquí una síntesis de cómo nos encontramos l@s religios@s en el mundo y la Iglesia. Oramos con esperanza por lo nuevo y bello que está gestando este tiempo de Dios.

miércoles, 26 de enero de 2011

viernes, 14 de enero de 2011

ZENIT - Decreto de beatificación de Juan Pablo II

No dejen de leer el "Decreto de Beatificación de Juan Pablo II". Ahí están los fundamentos que nos ayudarán a dimensionar mucho mejor la vida de este Grande. Aquí está la enseñanaza de la Iglesia, de la que debemos ser hijos fieles, y no sólo dejarnos llevar por la corazonada se "sentirlo" un santo, sólo porque "yo" lo siento o me parece.
__________

ZENIT - Decreto de beatificación de Juan Pablo II

domingo, 9 de enero de 2011

Fiesta del Bautismo del Señor - Amor a la Iglesia


Comparto esta publicación que expresa, en cada palabra, lo que vivo y quiero vivir con mi vocación consagrada y sacerdotal en la Iglesia.
______

Aunque haya cosas que en la Iglesia no nos entusiasmen o no nos gusten, ella es el hogar en el que se nos ofrece calidez para vivir, y hacerlo con paz y gusto.

Pbro. Dr. José Manuel Fernández

La liturgia de la Iglesia, hoy nos hace dar un salto de treinta años. Hoy celebramos la fiesta del Bautismo del Señor. Esta celebración nos debería hacer pensar en la grandeza de ese primer sacramento que hemos recibido, en su gran mayoría, cuando éramos muy pequeños. Se dice que San Vicente Ferrer, el célebre santo español, cada vez que volvía a su pueblo natal luego de misionar en otras regiones, lo primero que hacía era dirigirse al templo en el que había recibido el Bautismo, besaba la pila bautismal en la que fue hecho hijo de Dios, y se arrodillaba a dar gracias por ese hecho trascendente en su vida. En esta ocasión quisiéramos reflexionar sobre un tema que resulta clave. El Bautismo nos incorporó a la Iglesia; por él somos cristianos y en ella nos alimentamos para proclamar lo que creemos. Frente a quienes hoy hacen manifestaciones de protesta porque quieren renunciar a su fe y piden ser borrados de los libros de bautismo de las parroquias, los creyentes no debemos dejarnos intimidar ni acomplejar. Así como nadie se realiza en su vida individualmente y sin los otros, lo mismo sucede en el plano de la fe. No decimos "creo'', sino "creemos'', ya que formamos parte de un Pueblo que es de Dios y que se llama Iglesia.


Debido al influjo de la nueva ideología del secularismo, decir hoy que se cree en la Iglesia o que se la ama de verdad, es algo que no está de moda. Lo habitual es hablar de ella con desprecio, demostrando así una jactanciosa autonomía y libertad que parecieran dar cierto status de privilegio sobre los creyentes. La verdad es que un cristianismo sin Iglesia sería cualquier cosa menos cristianismo. Por eso es que quisiera resumir aquí las razones por las cuales, quienes somos católicos, creemos y amamos a la Iglesia. La primera es que ella salió del costado de Cristo. Jesús hubiera podido predicar él solo su mensaje, pero quiso rodearse de apóstoles, y a ellos les encargó la tarea de continuar su obra. Por esa comunidad de creyentes, murió. ¿Cómo podríamos hoy amar a Cristo sin amar también las cosas por las que Él dio su vida? Lo cierto es que la Iglesia fue y sigue siendo la esposa de Jesús. ¿Podríamos amar al esposo, despreciándola a ella?


La segunda razón por la que amamos a la Iglesia es porque ella nos ha dado a Cristo y cuanto sabemos de Él. A través de una larga cadena de creyentes con sus aciertos y sus falencias, ha llegado a nosotros el recuerdo de Jesús y del Evangelio. Es cierto que los cristianos, a lo largo de los siglos, han ensuciado mucho ese mensaje de Jesús, pero también es verdad que todo lo que conocemos de Jesús se lo debemos a ella. La Iglesia no es Cristo, ya lo sabemos. Jesús es el fin y el absoluto. La Iglesia sólo es el medio. Incluso cuando en el Credo decimos: "Yo creo en la Iglesia'', lo que realmente queremos decir es que "creemos que Cristo sigue estando en ella''. Lo mismo que cuando afirmo que bebo un vaso de agua, lo que bebo es el agua, no el vaso. Pero ¿cómo bebería yo esa agua si no tuviera el vaso?


La tercera razón por la que creemos en la Iglesia, son sus santos. Sabemos que en la historia cristiana ha habido una inmensa mayoría de bautizados que no han estado a la altura de lo que este nombre implica, pero también es cierto que nunca ha faltado ese hilo de la santidad que llega hasta nosotros. Cuando subimos a un tren sabemos que la historia del ferrocarril está llena de accidentes. Pero no por eso voy a dejar de usarlo para desplazarme. Tenía razón Bernanos cuando escribía que "la Iglesia es como una compañía de transportes que, desde hace dos mil años, traslada a los hombres desde la tierra al cielo. En dos mil años ha tenido que contar con muchos descarrilamientos, con una infinidad de horas de retraso. Pero hay que decir que gracias a sus santos, la compañía no ha quebrado''.


La cuarta razón es porque en ella se acepta a gente imperfecta para ofrecerle allí los medios de santificación; gente pecadora para que recibiendo el perdón podamos perdonar; desgraciados para que bañados por la gracia divina podamos salvarnos y salvar a otros. Lo ideal sería que en vez de criticar a la Iglesia nos criticáramos un poco más nosotros, y analizando todos los bautizados nuestros defectos, tendiéramos a brindar una imagen más transparente de Jesús.


Pero la quinta y definitiva razón por la que creo y amo a la Iglesia, es porque sé que literalmente es mi madre: ella nos amamanta a diario, nos transmite la fe, nos engendra constantemente con el perdón de los pecados y nos alimenta con su Eucaristía. Por eso nos debiera gustar ser como San Atanasio que "se abrazaba muy fuerte a la Iglesia como un árbol se agarra al suelo''. O poder decir como Orígenes, que "la Iglesia ha arrebatado mi corazón, porque ella es mi patria espiritual, ella es mi madre y mis hermanos''. Ojalá pudiéramos proclamar con sano orgullo, lo que al morir decía Santa Teresa de Jesús: "¡Al fin muero hija de la Iglesia!''.